Luego de dos temporadas notables en Bélgica, donde fue figura en su equipo, Cristian Benavente se va a jugar a la Liga Premier de Egipto. El Royal Charleroi recibió seis millones de euros del Pyramids FC y el Chaval ganará tres millones anuales en el club egipcio. Es mucho dinero. A los 25 años, el volante de la Selección Peruana ha tomado una decisión que marcará su carrera.
Cada uno es libre de elegir cómo gana sus frejoles, pero sorprende que estando en la agenda de los grandes del fútbol belga, Benavente opte por una liga menos competitiva. Porque el buen Cristian no solo se muda a El Cairo, muy cerca de las célebres pirámides; también cambia la Europa League por la Liga de Campeones de la CAF y acaso se aleja de la mirada de Ricardo Gareca.
Un deportista con el talento suficiente para ganarse la vida jugando al fútbol tiene varios caminos por delante, todos legítimos. Algunos buscan llegar a mejores equipos del extranjero, apuntando a torneos cada vez más exigentes. Otros, en cambio, prefieren hacer la carrera en casa, para crecer –y ser felices– en el club de sus amores. No todos persiguen la gloria; hay quienes ponen por delante el dinero.
Así, uno puede elegir jugar en Arabia, India, China y otros exóticos destinos, donde el nivel competitivo es menor, pero los clubes grandes pagan millones a sus futbolistas más destacados. Si lo que más te interesa es hacerte rico, adelante, puede que ése sea tu camino.
Pero si aspiras a ser realmente grande en el fútbol, no lo hagas. Pon el fútbol primero. Sobre todas las cosas. Ése es el camino a la gloria. Y créeme, dinero no te faltará.