Héctor Chumpitaz: "Hay que ganar el primer partido del Mundial"

Por Jorge Andrés López
jlopez@depor.pe

Silencio. Va a hablar Héctor Chumpitaz. Los cinco periodistas de Depor que vinimos a su casa paramos las orejas y lo miramos con atención. Ninguno de nosotros vio a la Selección Peruana en un Mundial. Él jugó dos: el del 70 y 78. Y por eso lo buscamos.

Símbolo de la bicolor, capitán en ambas copas del mundo y campeón dela Copa América 1975, sin contar otros logros, ‘Chumpi’ muestra sus camisetas, esas que nosotros solo vimos por imágenes poco nítidas de TV. Y es imposible no emocionarse. Se viene Rusia y él también espera con ansias.

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Faltan 100 días para el debut de Perú, ¿cómo afrontar la previa de un Mundial?
La base es ganar el primer partido. Es importante porque todos dejan los nervios en la cancha. Y en los próximos partidos ya lo hacen mejor. Es lo que sucedió cuando nosotros jugamos en el 70 y 78. He hablado con algunos jugadores y me han dicho “es verdad: ese va a ser el partido clave”.

¿Cómo ves a Guerrero de capitán?
Lo veo bien. Se ha hecho un líder en comportamiento y por la forma de juego. Él es el que pelea más, porque es el que tiene que chocar con toda la defensa. Y eso ha calado bastante, porque (el resto) ve que hay una persona que no quiere perder. A veces lo han expulsado por ser así. Pero ahora ya tiene experiencia.

¿Qué le aconsejarías?
Lo primero es saber que no todos tenemos la misma forma de pensar. Decirle que juegue con tranquilidad. Primero, hay que agarrar confianza en el campo. Porque a veces uno entra medio movido y el equipo no se ubica bien. Uno tiene que decirles: vamos a tener fallas los primeros minutos. Hay que contrarrestar todas esas cosas.

Te tocó arrancar perdiendo en dos mundiales (1970, ante Bulgaria y 1978, contra Escocia). ¿Qué se hace en el vestuario?
Si íbamos perdiendo, en el camarín se hablaba del por qué habíamos tenido esa descompensación en la parte de atrás para que nos hagan goles, o por qué se hizo esto o el otro. Era una cuestión de todos. Apenas sucedía, se conversaba, aunque no se hablaba de más.

¿Hay diferencias entre el liderazgo de antes y el de hoy?
Ahora es diferente: hay mucha confianza y a veces un poquito de bromas pesadas. Antes no, nada. Hoy los muchachos tienen otra mentalidad. Si la broma es de mala forma, hay que poner orden. Aunque si es una broma, es más que nada para estar contentos y no callados.

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