En los últimos años, los futbolistas han convertido su piel en un lienzo. Algunos lo hacen por moda, otros porque tienen un significado especial en sus vidas y lo quieren plasmar para siempre. Y es que desde que la agua comienza a trazar el dibujo, no hay marcha atrás por más que se diga que existe el láser, por si te arrepientes.
En el fútbol peruano, sobre todo en la Selección Peruana, hay varios jugadores que han tatuado su piel como es el caso de Beto da Silva, que ha ido plasmando diversos tattos en los últimos años.
En su debut en Primera División, el 6 de junio de 2013, ante Alianza Lima, el delantero, en ese momento, de Sporting Cristal tan solo llevaba el símbolo del infinito con el nombre de sus padres en su muñeca izquierda: Luiz y Fio. Antes de finalizar ese año, plasmó la inscripción en portugués "Deus no controle" en su brazo izquierdo.
Desde ahí comenzaron aparecer en su piel, "Dias de luta" (días de lucha, en español) en la parte interna de su muñeca. Un rosario que cae en su brazo derecho, muy cerquita tiene un diamante con la palabra "familia", "días de gloria".
Los últimos han sido las alas con su nombre en la parte posterior del cuello y detrás de la oreja derecha lleva una inscripción que dice "king".
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